Como tantos otros, estaba horrorizada por el artículo the story of DeAndre Arnold, sobre el estudiante de Texas que fue suspendido de la escuela e informado acerca de que no podía participar en su graduación u otras celebraciones de fin de año a menos que se cortara el cabello. Si DeAndre fuera un estudiante blanco con cabello largo, el distrito de Barbers School ISD in Texas estaría despojándolo de sus derechos basados en la discriminación de género, ya que el manual de convivencia exige que los estudiantes varones no pueden tener el cabello más abajo del cuello. Pero DeAndre además es un estudiante negro cuyo cabello es culturalmente relevante e importante, por lo que el distrito está aplicando una regla que despoja a los estudiantes negros de los derechos basados en la discriminación racial y cultural. La política es racista.
Mientras seguía la historia, me sentí obligada a llamar, twittear, bloggear ... agregar mi voz al coro de los que proclamaban "falta". Pero luego me detuve en una ola de inseguridad. Ya sabía y había aceptado que decir algo significaba abrirme a la crítica personal, algo que considero una responsabilidad que viene con mi privilegio de ser blanca. Pero, ¿qué pasa si decir algo tiene repercusiones negativas para la compañía que co-fundé cuyos clientes son escuelas y distritos escolares? ¿Qué pasaría si esto causara que nuestro equipo perdiera negocios afectando a mis socios y a nuestros empleados? Somos una pequeña empresa emergente; por lo cual cualquier impacto realmente podría afectarnos.
Decidí mencionar esto en nuestra próxima reunión del equipo. Fue un buen momento para reflexionar sobre los valores esenciales de nuestra empresa: confianza, toma de riesgos, autogestión, colaboración y equidad, para establecer los objetivos alineados con nuestra misión en el 2020.
Cuando hablamos de la toma de riesgos y la equidad, compartí mi momento de duda con respecto al caso de DeAndre y pregunté: ¿Qué tan dispuestos estamos en exponer a LINC como una voz para la equidad cuando el riesgo es la pérdida potencial de negocios? ¿Somos lo suficientemente valientes para retomar lo que plantea el autor Ibram Kendi describe como una posición antirracista y luchar contra políticas que proliferan la discriminación racial y la opresión?
No me sorprendió escuchar un rotundo y unánime "sí". Uno de los miembros de nuestro equipo, Cassondra Thaddies, había estado trabajando en una publicación sobre la necesidad de nosotros como educadores de ir más allá de nuestra "obviedad tranquilizada" para alcanzar metas de equidad. Algunas personas pueden sentirse ofendidas por la noción de que tenemos narrativas culturales dominantes que nos hacen inconscientemente sostener políticas de inequidad y culpar las deficiencias estudiantiles en las brechas de logros. Esta decisión del equipo significaba que asumiríamos el riesgo de perder a algunas personas, si esto significaba que nuestro trabajo podría ser relevante y efectivo.
Otro miembro del equipo, Kim Weber, compartió el sentimiento de que no era suficiente ser "co-conspiradores" antirracistas individuales como los llamó recientemente la Dr. Bettina Love en la conferencia RILE . Kim sintió que ser un cómplice de la justicia y la equidad como equipo era crucial para defender auténticamente nuestros valores. Por lo tanto, le pedimos a nuestros sectores interesados que avancemos conjuntamente en un compromiso compartido para levantar la voz de alertar frente a la injusticia y tomar las medidas que puedan generar el cambio.
Sin embargo, quiero hacer una distinción. Mientras defendemos la equidad, defendemos a los educadores. Creemos firmemente que mientras nacimos en un tiempo y un sistema envenenado por la inequidad, los educadores son los agentes mejor posicionados para liderar el cambio que se necesita, desesperadamente, no sólo para aumentar la equidad en nuestras escuelas sino también en nuestro mundo a través de esta generación estudiantil. Este trabajo es duro, el racismo es una enfermedad que afecta a personas de todas las razas en todos los sistemas, por lo que se requiere sanación tanto individual como organizacional. Estamos comprometidos con ser parte de esta sanación, lo que significa hacer el trabajo nosotros mismos y asociarnos con otros grupos comprometidos con esta causa.
Como dueños de negocios y ejecutivos, somos claves en ejercer la fuerza necesaria. ¿Estaríamos dispuestos a ayudar a nuestros equipos a aprender de líderes como Kendi y Love, a participar en el cambio organizacional con grupos como Courageous Conversation? Tenemos que estar dispuestos a arriesgarnos para asegurarnos de que TODOS nuestros estudiantes caminen por un sendero equitativo que los lleve a cruzar la etapa de graduación hacia una educación superior y a carreras equitativamente accesibles que los recompense equitativamente.