¿Cómo podemos nosotros, como educadores, comprender mejor el comportamiento como una forma de comunicación que todos practicamos y exhibimos en nuestra vida cotidiana? Cuando profundizamos nuestra comprensión del comportamiento, podemos apoyar mejor a nuestros estudiantes.
El comportamiento, como forma de comunicación, es algo que exhibimos todos los días. Esta no es una forma de comunicación que excluya a los adultos, aunque a menudo observamos el comportamiento de los estudiantes como un tema que los adultos discuten sin reflexionar sobre sus propios comportamientos. Por lo general, se habla del tema porque hemos etiquetado una situación con un estudiante como desafiante o “difícil”. Se asigna una etiqueta cuando la interacción no resultó como el adulto la había planeado o esperado. Dado que los educadores trabajan directamente con los estudiantes, este es un tema que se discute todos los días en nuestras escuelas. Podemos aumentar nuestro conocimiento sobre comportamiento, aprender a apoyar el comportamiento y asegurarnos de escucharlo.
Cada uno de nosotros lleva un vocabulario de cómo etiquetamos el temperamento o el comportamiento de un niño. Podemos decir, “ese estudiante es activo o creativo”. “Ese estudiante se escapa de las tareas asignadas” es otro comportamiento que experimentamos y que a menudo se etiqueta como “difícil”. Sin embargo, si vemos estos comportamientos como una forma de comunicación cuando hay un deseo o necesidad, podemos entender mejor lo que está pasando con nuestros estudiantes. Pueden estar actuando de esta manera porque están buscando poder, atención o incluso evasión y tienen habilidades rezagadas para comunicar estas necesidades.
Como educadores, nuestro trabajo es ante todo crear un entorno seguro y enriquecedor. ¿Cómo podemos hacer esto? Creando un entorno de aprendizaje donde las expectativas se establecen claramente junto con normas y contratos para que los estudiantes sepan y sean parte de la construcción de la cultura del salón de clases. Esto es fundamental para el desarrollo y el éxito de los estudiantes. Una vez que se co-establecen los contratos de clase, los estudiantes saben qué esperar de sus compañeros y de usted, y saben qué se espera de ellos en la comunidad de aprendizaje.
Como resultado, los estudiantes confían en traer su verdadero yo al salón de clases (comportamientos incluidos) ya que el entorno es un lugar al que pertenecen, no solo en el que “encajan”. Esta cultura establece que lo que los estudiantes traen de su hogar y cultura son recursos para la comunidad del salón de clases. Hay algunas estrategias buenas y sólidas para comprender y manejar el comportamiento de los estudiantes.
A continuación, encontrará 3 consejos para ayudarlo a escuchar y aprender del comportamiento (como una forma de comunicación) en su entorno de aprendizaje:
#1: Identificar los recursos de los estudiantes para reconocer el salón de clases como un entorno cultural y lingüísticamente diverso
#2: Enseñe, modele, practique y celebre las habilidades de autocontrol:
#3: Conozca su ABC: evalúe y responda al estudiante, no al comportamiento:
Si tiene reflexiones de este artículo o desea compartir estrategias que ha utilizado con sus estudiantes, o simplemente desea conversar más mientras avanza en su camino para apoyar el comportamiento de los alumnos, conéctese conmigo a través de Twitter: @CarolynHanser o por el correo electrónico: carolynhanser@linclearning. com.