Estamos en un momento crucial de cambio en la educación en el que podemos recalibrar y volver a imaginar lo que la educación puede significar para los estudiantes de todas las razas. Ahora, más que nunca, somos conscientes de que la forma en que estábamos educando estaba fallando para muchos estudiantes, especialmente para los estudiantes marginados. (Yo diría que también se perdió la marca para los estudiantes blancos). La educación A.C. (Antes de Covid) sugirió a los estudiantes negros y latinos que sus historias no importaban y que no eran una parte integral de la creación de Estados Unidos. Sugirió a los estudiantes blancos que casi todo (si no todo) fue imaginado y creado solo por personas que se parecían a ellos y tenían su misma pigmentación y que, no se ganaban nada aprendiendo algo diferente. Afortunadamente, ahora estamos en condiciones de usar nuestra imaginación para dar forma a lo que queremos ser (futuro) como profesionales, examinar qué significa el aprendizaje para nuestros estudiantes (no para nosotros) y cómo podemos crear una verdadera equidad en la educación. Este cambio permitirá que los estudiantes negros y latinos se sientan incluidos y expondrá a los estudiantes blancos a experiencias de aprendizaje que reflejan el mundo cultural y lingüísticamente diverso en el que vivimos.
El diccionario Webster define la imaginación como “formar una imagen mental de algo que no está presente”. Imaginar experiencias educativas para nuestros estudiantes que aún no están presentes puede tomar una variedad de formas. Cuando pensamos en la agencia generada por nuestros estudiantes a medida que aprendían desde casa utilizando múltiples dispositivos y aplicaciones, ¿Cómo podemos seguir adoptando este aprendizaje digital, utilizando herramientas educativas virtuales, para motivar y fomentar un entorno de aprendizaje interactivo y de apoyo? Tenemos la oportunidad, y algunos dirían la obligación, de desafiar nuestras prácticas pedagógicas tradicionales y hacerlas receptivas, centradas en las relaciones y personalizadas. Y sí, por increíble que parezca, esto significa que los teléfonos celulares, TikTok e Instagram pueden convertirse en parte de nuestros materiales de clase estándar.
Entonces, ¿qué podría ser posible si en vez de enfocarnos en que los estudiantes tomen un examen, lo hacemos en que los estudiantes sean coproductores de conocimiento en el salón de clases?
La Dra. Ladson-Billings afirma que "los estudiantes aprenden mucho más de lo que podemos evaluar". Imagine que los estudiantes se emocionan al saber que su capacidad de pensar se está fomentando intencionalmente, haciéndoles preguntas estimulantes que consideran el contexto de los estudiantes (ej, comunidad, experiencias, familias, etc.) encendiendo un asombro y curiosidad dentro de los estudiantes para querer explorar más. Estamos en una posición perfecta para cultivar entornos educativos donde los estudiantes puedan enamorarse del aprendizaje dentro y fuera del aula. Estos entornos deben proporcionar evidencia a los estudiantes negros y latinos de que pertenecen y que serán atendidos. ¿Cómo podría evidenciarse esto? ¿Qué evidencia considera que a usted le gustaría ver si fuera precisamente un estudiante de color?
¿Qué podemos hacer ahora para facilitar un aprendizaje que anime a los estudiantes a comprender su propia cultura y adquirir nuevas habilidades en al menos otra cultura más? Estas habilidades interculturales apoyan a nuestros estudiantes con la capacidad de comunicarse con respeto, reconocer y apreciar los valores de los demás mientras celebran sus propios valores. Sin descartar su idioma o dialecto nativo, en cambio, cómo podemos incluirlo como una opción a la hora de aprender. Por ejemplo, el cambio de código basado en el idioma se trata de encontrar formas efectivas de comunicarse con otra persona en un idioma o estilo que lo haga sentir cómodo (Tatum). Imagínese si validamos a los estudiantes que cambian de código de forma natural (es una habilidad) y les brindamos la oportunidad de aplicarlo en su aprendizaje. ¿Qué pasaría si a los estudiantes se les diera la opción de inculcarlo en su escritura? Por ejemplo, ¿podríamos darles a los estudiantes la opción de usar "su" idioma para una escritura menos formal, como escribir un diario? Imagínese validar la capacidad de los estudiantes para cambiar de código y perfeccionar su capacidad para saber cuándo aplicar esa habilidad, haciéndolos comunicadores más efectivos al escribir o hablar, convirtiéndose efectivamente en bilingües.
Finalmente, ¿cuál es el “por qué” para nuestros estudiantes? Si el año pasado no nos enseñó nada más, nos enseñó que todos buscamos un propósito. Nuestros estudiantes no son diferentes. Ahora se preguntan "por qué" tienen que volver a la escuela cuando pueden aprender desde casa y "por qué" necesitan hacer su tarea. El aprendizaje debe tener un propósito, significado y relevancia si queremos que los estudiantes se involucren de manera reflexiva. Debemos saber cómo el aprendizaje se conecta y refleja el mundo en el que viven nuestros estudiantes, incluyendo sus comunidades, sus familias y su futuro. Los estudiantes quieren producir trabajos que revelan las rutas de su comunidad y resuelvan problemas que son importantes para ellos en este momento de sus vidas.
Usemos este próximo año escolar para ser valientes y activar nuestra creatividad para expandir nuestros enfoques pedagógicos y nuestra experiencia en las materias más allá de las estrechas limitaciones de las pruebas. Co-diseñemos y co-produzcamos el "por qué" del aprendizaje con los estudiantes para crear oportunidades de aprendizaje reinventadas y aulas que cultiven una cultura de pertenencia para todos los estudiantes.
Dedique unos minutos y permita que su imaginación vuele con creatividad para un nuevo día en la educación. Me encantaría escuchar sus pensamientos e ideas de lo que están imaginando para el nuevo año escolar. Conéctese conmigo en Twitter @CCThaddies o por correo electrónico a cassondrathaddies@linclaring.com. ¡Vamos a generar algunas ideas para el mundo!