¿Estaremos silenciando el pensamiento crítico en nuestras aulas? El pensamiento crítico nos permite pensar profundamente sobre algo, usando nuestros cerebros para eliminar los bloqueos de lo que tenemos frente a nosotros. El pensamiento crítico nos brinda la oportunidad de imaginar qué es lo que quizás no estemos viendo, escuchando o considerando en lo que estamos experimentando en este momento.El pensamiento crítico fomenta nuestra curiosidad y nos lleva a la indagación sostenida. La curiosidad es innata en nuestros alumnos. Se vuelven curiosos y luego se entusiasman sobre lo que les intriga. ¿Cómo pasamos de animar y apoyar el asombro, la emoción y el aprecio por lo que aún está por descubrir en nuestros hijos a sugerir que es mejor simplemente no "pensar" o preguntar "por qué"?
Vemos un número cada vez mayor de argumentos y políticas promulgadas para cerrar y excluir las voces y las experiencias vividas de algunos estudiantes. ¡Una alarma debería estar sonando para todos nosotros! No sólo para los estudiantes cuyas voces están siendo relegadas, sino también para los estudiantes que quizás nunca tengan la oportunidad de sentir curiosidad por sus compañeros y sus experiencias vividas. Esos estudiantes no solo perderán la riqueza de quienes se sientan a su lado, sino que también carecerán de la capacidad de pensar críticamente sobre la educación que están recibiendo. Esta no es la dirección que deberíamos tomar en nuestra sociedad.
Cada vez hay más pruebas de que no estamos pensando críticamente sobre la información que se nos presenta. En cambio, la mayor parte de la información se recibe como verdad sin evidencia. En muchos casos, no cuestionamos los motivos detrás de los argumentos y las acciones que se presentan por el supuesto bien mayor de la comunidad, los estudiantes y las familias. Tenemos un problema cuando ya no estamos indignados o incluso un poco curiosos por los intentos de silenciar y ocultar las culturas de otros en nuestro sistema educativo. ¿Cuál podría ser la razón de esto? Algunos lo llaman el efecto de contagio, comportamiento gregario, pensamiento grupal,o simplemente siguiendo a la multitud y siguiendo lo que es popular. El efecto de “vagabundo” crea presión sobre nosotros para actuar o pensar de una manera que eventualmente resulta en comportamientos, como la complacencia, que eventualmente se convierte en una norma aceptada, especialmente si está en los medios.
Recuerda, detrás de cada comportamiento, hay un sentimiento. Un sentimiento que habla de miedo, desesperación y/o inferioridad.
Por ejemplo, ¿qué podría haber estado sintiendo un legislador cuando entusiasmó a los padres a comunicarse con una línea directa especial para denunciar cualquier "plan de estudios inherentemente divisivo"?
Debemos considerar críticamente lo que no se dice (sentimientos). Un pensador crítico podría encontrar curiosidad en esto e interpretar poderosamente este acto en el sentido de que para la mayoría de los padres negros,mulatos y mestizos, debería haber una carrera a esta línea directa para informar años de "plan de estudios inherentemente divisivo" al que han estado sujetos sus hijos. Estos padres podrían argumentar que el currículo actual ha causado y continúa causando privación de derechos y aislamiento para sus hijos. Estoy absolutamente seguro de que esa no era la intención de esa línea directa, pero si tuviéramos que considerar críticamente el "por qué", quedaría muy claro que "pensar" es necesario y que "pensar críticamente" puede ser poderoso.
Hagamos que sea un compromiso el asegurarnos de que el pensamiento crítico siga siendo una parte inherente de la educación. Como educadores, nuestro papel es fomentar y facilitar el proceso de disciplina intelectual, integridad, creatividad, empatía, libertad, agencia y ciudadanía de nuestros estudiantes. La investigación sugiere: “es urgente que la educación ofrezca a los estudiantes la oportunidad de desarrollar habilidades, capacidades, así como valores asociados con el pensamiento crítico y la aplicación a la vida fuera del aula”. Recuerde, nuestros estudiantes son la futura fuerza laboral, empresarios, gobernadores, senadores y padres de familia. Debemos posicionar a nuestros estudiantes para que estén preparados para estos desafíos y responsabilidades constantes. Enseñemos a nuestros estudiantes cómo ser líderes, no seguidores.